domingo, 28 de febrero de 2010

metro, curro, catre y un sueño

Alguien. Alguien con una vida “normal”, ni triste ni increíble. Una vida con momentos buenos y momentos difíciles.
Una vida consumada. La parte material está lograda: colegio, instituto, universidad… Luego un trabajo, una pareja, unos hijos y la casa que viene con el conjunto.
Pero a una parte de sí mismo le falta algo. Le falta algo especial, diferente, estimulante. Algo que le excita, algo nuevo y con riesgos. Algo como… ¡un sueño!
A medida que ese sueño crece en él, su cotidiano cambia. El cielo, los colores, el ritmo de la vida… toda empieza a transformarse en algo más feliz. (Encuentra a algunas personas que le sonríe aunque normalmente no sea el caso, tiene más suertes con algunos detalles de su cotidiano, por ejemplo coger el metro a tiempo, no se le cae la pastilla en el lavabo…)
Y todos los días cuando va al trabajo con el autobús, se imagina historias y escenarios que le conduce hacia su sueño. Cada día, adelanta una parte de su sueño, como pequeños trozos de historia.

Por el momento hay 4 personajes: el protagonista (el marido), su mujer, una colega del trabajo y alguien como el mentor, el sabio del protagonista o alguien que el protagonista ha admirado toda su vida (alguien conocido), pero este personaje no lo tengo muy claro todavía…
Lo que tenemos son 3 períodos del cotidiano: en la casa (cuando la pareja se despierta, luego se van al baño y el desayuno antes que se vaya el marido al trabajo), luego tenemos el trayecto en autobús (que tarda un poco para acentuar el peso del cotidiano y luego para permitir los pensamientos y discusiones entre el protagonista y su “mentor”) y, por fin, tenemos la llegada al trabajo con el contacto con su colega de trabajo/recepcionista que es un poco fría y no muy amable.
Después pensaba que sería bien, a ver si tenemos el tiempo suficiente, que aparezca un momento breve donde vemos el protagonista trabajar en su ordenador (se siente en su cara que esta haciendo algo aburrido), luego va a comer sólo en la cafetería del trabajo (es un momento pesado para él), luego mismo momento con el ordenador, y por fin la parte del trabajo se acaba con el “saludo” a la recepcionista.
Por último, el día se acaba con la vuelta en autobús y los pensamientos del protagonista sobre lo que se imagina para tener una vida más excitante. Y no pienso que se necesita una última escena en casa, así acentuamos el “metro, curro, catre”.
Lo que imagino es que el primer día, cuando la pareja esta en casa, se habla muy poco (algo como 3 frases nada más), para que se vea que su rutina esta bien ordenada y que ya lleva años de “cohabitación” (el marido se levanta 5 minutos antes de su mujer, se ducha, luego cuando acaba es su mujer que va en el baño mientras su marido se vista, y después, apenas pasan tiempo juntos en la cocina para desayunar porque cada uno tiene su rutina para prepararse y a 5 minutos de intervalo para no molestarse).
Pensaba también que a partir del segundo día el “mentor” sugeriría consejos al protagonista para que anime un poco su vida, para que cambie alguno detalles de su cotidiano… por ejemplo, que sonría a la recepcionista (y así verá que estará más amable con él), que pregunte a su mujer si ha dormido bien (y verá que le hará un cumplido sobre un traje)… si tenéis ideas, ¡están bienvenidas!
Y todavía no estoy segura si el protagonista debe lograr un sueño al fin de la historia o más un cambio concreto (positivo) de su vida.
¿Qué os parece?

Julia

martes, 23 de febrero de 2010

La espiral del tiempo


Hay una sensacion que me lleva acompañando durante toda la vida pues no recuerdo haber vivido sin ella en algun momento. Esa sensacion es la de no poder aprovechar el tiempo, es un sentimiento que me machaca continuamente y del que no puedo escapar al menos durante el tiempo suficiente como para respirar tranquilo.



Se que mi vida esta encaminada a hacer cosas, todo tipo de cosas, a experimentar sensaciones, a maravillarme observando la belleza de las pequeñas cosas q nos rodean, a difrutar de fragancias esquisitas que estan por todos lados, a conocer a todo tipo de personas que me aporten un sinfin de vivencias, de anecdotas, de compartir con ellos grandes y malos momentos...



Podria decirse que a lo que esta encaminada mi propia vida es a ser vivida, pues todas las cosas que acabo de mencionar y otras tantas miles mas son las que nos puede ofrecer la vida. Mi problema es q yo necesito vivirlas TODAS. Se que es imposible y no queda mas remedio que hacer una seleccion o mejor dicho q en muchos casos "alguien" haga esa selección por nosotros.
Entonces por que no hacer las pocas cosas que nos de tiempo en esta vida disfrutarlas al maximo y cuando se acabe el camino mirar atras y solo ver cuantas vivencias maravillosas hemos tenido y como hemos disfrutado de la vida. Esto seria lo facil lamentablemente no para mi.



Yo necesito estar permanentemente activo y aunq mientras que lo estoy me siendo bien. no dejo de pensar q realizando unas actividades me esoy perdiendo otras. En alguno estas no esperaran unos dias o semanas pero en otros solo hay un momento en la vida para ellas. Esa consecucion de momentos es la que me hace sentir mal, es tiempo perdido que no se podra recuperar
Por eso, mi esencia es poder aprovechar el tiempo en esta vida. Es algo que se que no puedo llegar a hacer y de hecho ya nunca conseguire pero al menos quiero intentar rellenar cuantos mas huecos posibles mejor para que la sensacion de vacio sea menor.


No hay un recuerdo q defina esta sensacion, sencillamente es una sensacion casi constante.


Antonio

lunes, 22 de febrero de 2010

Las tres hermanas

¡Hola a todos! Lo primero, muchas gracias a los que me habéis ayudado a perfilar mi esencia y habéis participado en ella (y vais a participar en futuras sesiones).
He estado pensando varias cosas y, para que no se me olvide, lo publico ya. Primero, me gustaría que se hablara poco o nada, que fuera todo mucho más visual, como os he dicho antes. Creo que así no hace falta explicar la relación entre los personajes y el público tampoco la sabrá al 100%, pero esto precisamente puede llevar a varias interpretaciones y eso me gusta. Como me gustaría que fuera más visual, los personajes deberían (incluido el mío) ser más expresivos y que desarrollaran actividades claras y diferentes, como por ejemplo, ir en coche, ir de paseo, jugar... (esto lo han hecho bien Ana Alicia y Joel, que no han parado). Además me gustaría que el ritmo fuera mucho más rápido, más trepidante. Creo que el personaje de Enrique debería de machacar al mío más.
Por otro lado, se me ha ocurrido que hacia el final Ana Alicia, Alba, Raúl y Joel, hagan un poco de "coro", no cantado, pero sí diciendo palabras sueltas, palabras angustiantes, como atosigando a mi personaje, además de lo que físicamente me haga Enrique. O quizás los chicos podrían empujarme y que las chicas digan cosas malas que les puede pasar, como si fueran mis pensamientos.
En cuanto al vestuario creo que es muy pronto, pero bueno, ya que se me ha ocurrido, lo digo. Enrique podría ir de negro y blanco, por ejemplo una mano con un guante negro y otro blanco y cuando me acaricie, lo haga con el blanco y cuando me "maltrate" lo haga con el negro. Joel y Raúl podrían ir de negro enteros y las chicas de colores vivos. El vestuario que no tengo claro es el mío, porque lo único que he pensado es en pelotas, pero eso no va a suceder ni de coña, jajaja. Lo de las cuerdas creo que quedaría bien si fueran de verdad, ¿qué opináis?
Y nada, ahí queda la parrafada, a ver qué os parece.
Besitos a todos y gracias de nuevo :)

¡Corre!

Cuando desperté yo era un llavero que buscaba embargar, acoger, rodear y agrupar.
Por eso me acerqué a ti, zapatilla escurridiza, tu corrías y yo te cogí, y jugamos y reímos y rodamos.
Pero tú seguías corriendo, y frustrada por no poder seguir tu carrera me quedé allí quieta, esperando a alguien a quien poder de nuevo unirme.

Irene C.

La metamorfosis

Yo era un hombre. Eso es lo que figuraba en mi documento de identidad y lo que la mayoría de mis amigos y conocidos estarían gustosos de confirmar, bueno, salvo una antigua pareja que, por algún extraño motivo, gustaba de referirse a mí en sus cartas –especialmente las últimas- como 'Querida rata inmunda...' Pero para el resto, yo era un hombre. Y así lo seguí siendo hasta aquel terrible despertar.

No comprendía qué me sucedía, pero algo había cambiado. Mis miembros ya no estaban allí –y probablemente no estuviesen en ningún lugar-, los órganos se habían evaporado a través de mis poros y la carne se había transformado en material sintético.

Sólo permanecía mi mente y merodeándola, unas palabras sin sentido: 45% lana, 50% poliéster. Estaba confundido: no sabía qué había ocurrido, desconocía quién era y, lo que más me atormentaba, dónde demonios se habían dejado el 5% que me faltaba.

Así, criatura misteriosa e incompleta, exploré mi nuevo mundo con el asombro de un recién nacido. Mas no hallé suculento pecho que llevarme a la boca, sino el frío metálico de otra extraña criatura que con igual torpeza se esmeraba en establecer una comunicación primitiva conmigo. Pero cómo relacionarme con alguien, si no conocía mi identidad, carecía de manos y no tenía boca con la que hablar; tan sólo una miserable visera de felpa… ¡Y qué narices era una visera de felpa!

Orbité un par de ocasiones el cuerpo desconocido. Reconozco que la criatura se esforzaba en contactar conmigo, pero yo no sabía cómo reaccionar. Concluí que la culpa no era suya y el problema era yo, seguramente se merecía algo mejor, bueno, ya encontraría a alguien, pensé –en ese instante, por algún motivo, recordé los tiempos en los que era hombre-.

Allí no tenía mucho más que hacer, así que retrocedí, sintiéndome sucio y recordando que debía ser lavado a mano. Regresé a mi rincón, cerré los ojos y soñé que había soñado con Kafka.

-José-

domingo, 21 de febrero de 2010

Sensanciones

No era ella, no era yo
no eran amigos, ni conocidos
entonces, ¿quiénes eran?, ¿qué pasaba?
Tranquilidad y belleza
Amor y ternura
y otra vez tranquilidad...
tranquilidad y seguridad
juntos, unidos
pero, ¿quién nos unía?
¿Quién hacía que nuestros cuerpos se entrelazaran?
Más tranquilidad...
tranquilidad y comodidad
no existían las palabras, no existía ruido, no veía; solo sentía
¿qué sentía?¿alivio? Sí, alivio ¿por qué? no lo sé
Deseo por conocer lo irreconocible, por explorar lo inexplorado
pero la mente vacía: nadie pensaba, nadie hablaba, nadie miraba
no era ella, no era yo
pero estábamos ahí
en una gran aventura entre el ser y no ser
Joel

El libro y el guante desde otra perspectiva

Yo era un ser rígido, frío y sobre todo con escasa movilidad, pero en cuanto conocí a mi pareja, un cálido guante que no paraba de mimarme y protegerme, mi mundo cambió.
Ya no podía ser igual de altanero, me corazón se había ablandado y sentía la necesidad de devolver todo el cariño que estaban dando.
Muchas gracias guantecito.

Alba González
Y de repente te levantas siendo unos pantalones,
resulta raro moverse...

Voy investigando hasta que encuentro, de repente,
un abrazo caluroso, caricias y confianza...

Fueron tan buenos esos minutos,que pasaron como segundos
donde no sabía ni cómo ni porqué había llegado hasta allí!

Pero de repente todo se esfumó, cada uno a su sitio,
como si nada hubiera sucedido...

Irene GM

Tú.

Me dijiste que podíamos ser amigos....

Es una historia de amor y de odio,
de las que cuentan los abuelos,
sentados sobre una silla mecedora,
al son de un viento sutil.

Te acercaste con timidez y yo te rechazé,
volviste a intentarlo y te di un puntapié,
mi suela se perpetuaba sobre tu cuerpo,
metal maleable, de color rojo fuego.

Vi tu mirada y me escandiló,
resultó estar llena de emociones amarillas,
cedí mis ligas a tus abrazos,
y ya no quise separarme de tí.

Un baile se perpetuó,
de esos que te sacan una sonrisa,
pronto terminó,
pero siempre quedará alrededor,la brisa...


Sonia María Cruz Martínez.

El diario

Yo no era nada más que un cuaderno vulgar
pero tenía escritos los más íntimos secretos
lo que merece el mayor de los respetos
y con mi vida los deberé de guardar.

Pero me sentía débil, frágil, vulnerable
me podía abordar cualquier demente
pues un simple cuaderno soy solamente
y sin defensa estoy hacia gente deplorable.

De repente, sin aviso, llegó el candado
y tristemente se dio cuenta de mi fragilidad
vino raudo hacia mí a toda velocidad
y me abrazó suavemente, con sumo cuidado.

Sentí su fuerza, su amor, su protección
ya no me sentía un cuaderno ordinario,
sentí la simbiosis, juntos éramos un diario
y junto a él triunfaría en mi misión.


Raúl

Tres abrazos y cada uno diferente.

Que alegría por volverte a ver, tanto tiempo soñando con este momento y al fin ahí estas delante de mí, ¡cuanto has cambiado!, ¡si apenas te reconozco!, esto no puede ser real es un sueño. Tengo ganas de recuperar el tiempo perdido de seguir mucho tiempo más ahí a tu lado, quiero seguir formando parte de tu vida.


Pena, no es solo pena, angustia y desesperación, no puede ser que no te vea más, no quiero que te marches, te quiero junto a mí, no me puedes hacer esto. Lloro, lloro porque quiero que sepas que eres muy importante para mí, quiero estar toda la vida abrazándote porque de mis brazos no te podrás escapar, no quiero quedarme sin ti, necesito que estés a mi lado.


¿Por qué no me abrazas?, ¿qué ha pasado entre nosotros?, siento tu odio hacia mi, no quieres que me acerque a ti, pero ¿por qué?… yo creo que todo sigue igual, pero no, tu mirada no me dice lo mismo. No me claves un puñal en el corazón y vamos arreglarlo, todo tiene solución… pero no, al final optas por hacerme daño, por hacerme sentir esos cristales clavados en el fondo de mi alma, es una mezcla entre venganza e ira. La soledad inunda mi cuerpo, me encuentro desamparada.


Ana Alicia

viernes, 19 de febrero de 2010

El Llavero Inerme

En la noche estaba completamente cómodo, seguro. Pero inexorablemente se hizo de día. Estaba desorientado, yo solo entre la nada. Paisajes adustos, naturaleza y hierba respiraba.

El sol me cegaba, me estremecía y me inquietaba. Al mismo tiempo me paralizaba.

No sabía cómo volver a casa. Ni norte ni sur. Ni derecha ni izquierda. Nada y todo. Sol y yagas. Solitario y cansado vislumbré un espejismo, o eso creía. Aun estimando la demencia de mi raciocinio, me aproximé ya que sin embargo me atraía.

Necesitaba resguardarme del sol y no vacilé abordar a ese ser, a la efigie de ese asilo que había creado mi mente al presagiar el calvario que padecería de no sentir esa falaz pero necesaria cobertura de mis sentidos.

La sentí con mis inexistentes dedos, ondeé su pecho sobre mi cabeza pero ella no me protegía del ardor del Sol en su totalidad.

Traté de modificar su posición con el fin de obtener una inefable ofuscación. Pero se hizo lentamente de noche. Y sintiéndolo mucho, me fui.

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Enrique Fernández Prada

miércoles, 17 de febrero de 2010

Hola soy una llave

Me tumbo siendo Miguel y me levanto siendo una llave, o eso creo.

Abro los ojos y la veo.

Nos tocamos y nos asustamos. Soy de metal, tengo que ser fría, tengo que decidir si algo está abierto o cerrado, es una dificil decisión para tomar a la ligera.

Me acerco y me abraza, es una botella que quiere protegerme aunque no sé de qué, ni de quién. Me siento cómo un liquido que se relaja dentro, pasan los segundos y me siento más cómodo arropado.

Llega el final:

Esta historia no puede acabar bien. De repente lo veo, hay un agujero en el culo de la botella, he de huir. Me voy lentamente, hasta que nuestros cuerpos se separan.

Me levanto. Que raro ha sido todo. Vuelvo a ser Miguel. Menos mal.

FAMILIA Y AMISTAD



Para mí, un elemento importante en mi vida, y sin el cual no podría llevarla a cabo, es el apoyo familiar y la amistad. La familia es un concepto intocable en mi rutina. El apoyo de mis allegados es principal y es el motor que me incita a seguir haciendo cosas y alcanzar mis proyectos y metas.
Te das cuenta de estos factores cuando en algún momento de tu vida pierdes alguno de ellos o ambos. Tiempos de rebeldía, palabras fuera de tono, actos inadecuados, etc., te arrastran a una rotura en la unidad familiar o en la amistad. Es algo lógico que esto ocurra, pues no se le da mucha importancia y no se tiene conciencia de lo que está haciendo hasta que lo pierdes.
Se debe razonar sobre todos aquellos episodios de la vida que no fueron gratos, para no volver a cometerlos. Por ello, la amistad y la relación con mis padres es algo primordial para mí. No puedes llevar una buena relación, en ningún aspecto, si tu relación más íntima está intrincada por la desobediencia y la rebeldía. Es algo muy duro, pues sufres tú y haces sufrir a tus seres más queridos.
Por estos motivos, brevemente explicados, este concepto es mi objetivo principal a llevar a cabo en mi existencia.

S.D.P

martes, 16 de febrero de 2010

De repente, un libro y un guante

Necesitaba abrazar
y ahí estabas tú
(y te cogí como víctima).
Tú querías enseñar
(o eso me parecía)
y yo aprendí sin quererlo.
Tú me abrazaste sin más.

Patri.

El impaciente orgasmo efímero

Y no se acerca...
y mira que me insinuo...
Como un niño al que su padre no mira cuando hace una vueltela en el mar
pues igual...
A quien voy a engañar...
¿Por qué narices se va acercar?
Seguro que lleva una vida perfecta...

Y no se acerca...
y mira que me insinúo
Como un niño cuando se cae en mitad del patio del colegio y se burlan
pues igual...
A quién voy a engañar...
¿Por qué no deja de vacilarme?
Y venga a dar vueltas...

Pero de pronto viene y me pisa
¡oye que ojalá me pisaran como me pisó!
Porque a pesar de que no era lo que yo me esperaba
Nadie me trató nunca con tanta delicadeza
A quién voy a engañar...
A veces las cosas no ocurren como esperamos
pero no por ello dejan de suceder

Y al fin encontré un lugar en el mundo...
Menos pensar y más actuar
que los sueños y deseos se cumplen ´
conforme a lo que uno crea en ellos

¿Ya?... Es lo que tiene el placer, que es escaso

José Miguel

Nadie sabe qué fue aquello...

No sé que hice hasta hoy. No sé como pude vivir sin ella todo este tiempo. La sensación de que todo se detiene, y de repente árboles, verde, pájaros y naturaleza... quiero vivir aquí siempre. Y ahí estamos, disfrutando el uno del otro, en una simbiosis perfecta donde yo soy yo porque ella es... Mientras suena de fondo una melodía que nos envuelve. Qué paz. Fugaz, intenso, maravilloso... me estremezco.
Alba Muñoz

Ser Candado.

Allí estaba, a mi lado,
bajaba la vista y le veía
apagado y sin vida,
triste, pero a salvo.
Y alrededor ellos bailaban,
movidos por la curiosidad
se miraban y se tocaban.
No se acercaran.
Querían verle, solo es mío,
garabateado en sueños
su ser, me pertenece,
y su blanco brillo.
Ellos dicen que se ha apagado.
Ahora es solo mío,
aunque digan que está vacío
miro y aquí sigue, a mi lado.

Alkaide

lunes, 15 de febrero de 2010

..el cambio..

Creo que el cambio es una consecuencia de intentar llevar la vida que queremos llevar.Normalmente,por nuestra programación social,tendemos a tener una serie de hábitos que suelen contradecir esa vida con la que soñamos.
Por tanto,creo que es necesario ponerse de parte del universo y actuar bajo sus leyes. Todo cambia,pero por confort,nos cuesta salir de la rutina.Por tanto,hay que empeñarse en caminar hacia un objetivo,y tomar decisiones sabiendo que a veces lo que más nos acerca a nuestro objetivo, es algo que nos asusta hacer.
Esa es la definición que quería dar de la palabra cambio. Para mi es la correcta forma de actuar cuando sabemos lo que queremos.Si se empieza a disfrutar ese proceso,creo que nunca hay espacio en la vida para la depresión, el aburrimiento, o el sobreanálisis de nimiedades.
(No se poner la foto..Yeah!)




No existe la libertad, sino la búsqueda de la libertad, y esa búsqueda es la que nos hace libres.(Carlos Fuentes)
La posibilidad de elegir a dónde ir, qué hacer, en qué creer...la posibilidad de vivir la vida que cada uno elige.

Gema Chacón

La música




Es francamente difícil, por no decir imposible, señalar una sola y única necesidad sin la que el hombre no pudiese subsistir o seguir manteniendo las cualidades innatas a su condición humana. El hombre no sólo necesita alimento, protección, seguridad, libertad, el amor del prójimo, o una entrada de tribuna para el Real Madrid-Villarreal; también precisa comunicar, transmitir, expresar, lograr escapar de la soledad impuesta por los muros físicos del cuerpo y extender su inexpugnable mundo interior más allá de esos límites. Y la música es un artefacto maravilloso que nos ayuda a ello, es un pequeño satélite que porta un mensaje desde nuestro diminuto planeta hasta mundos lejanos –o cercanos- donde otros extraños e increíbles seres descubren que no están solos, que hay más criaturas felices, tristes, con miedo, con temores, enamoradas o esperanzadas.

Podemos comunicarnos con el resto del mundo a través de la palabra, directamente somos capaces de decir “vaya, realmente hoy no he tenido un buen día, mi novia me ha dejado por un carnicero moldavo y mi gatita Kitty tiene lombrices en el intestino”. Bueno, es una situación algo esperpéntica –y desagradable-, pero muchas veces estamos ante sucesos igual de frustrantes y deseamos expresar esos sentimientos a los demás, o tal vez a nosotros mismos. La música, la escultura, la pintura, la escritura creativa y el resto de artes son vehículos de los sentimientos y por tanto transmiten emociones, al igual que la viva voz, pero además incluyen una propuesta estética que concede al mensaje una propiedad de perdurabilidad que de otra forma carecería.

Muchas veces me doy cuenta de que cuanto más importante es ese sentimiento que deseo traducir en algo tangible más horas me paso delante del piano, intentando construir las frases adecuadas para mi pequeña historia. Y ya me ponga la careta de escritor o me enfunde el disfraz de músico, el trabajo y el objetivo son los mismos, componer a partir de palabras o de notas aquello que –por su transcendencia o emotividad- deseo recordar a lo largo del tiempo; haciéndolo perdurable.

Bien, ahora hay que distinguir, es cierto que no toda expresión artística persigue un objetivo emotivo o intelectual. Jamás se nos ocurriría comparar el último disco de Bisbal con el segundo concierto de Rachmaninoff –el mero hecho de poner ambos nombres en la misma frase me incita a flagelarme a continuación-. Pero tampoco podemos culpar al señor Einstein de la hecatombe nuclear por haber puesto de manifiesto las propiedades energéticas del átomo. Las palabras, las notas, los colores… están ahí, a nuestra disposición, que luego cantemos Ave María o destruyamos Nagasaki es responsabilidad nuestra.

Pero no quiero perder el camino de mi argumentación y prefiero recordar muy brevemente uno de esos momentos en los que percibí esa sensación de eternidad que posee la música. Tendría unos dieciocho años, los Beach Boys acababan de lanzar su Good Vibrations… no… espera, creo que no hace tanto… Tendría unos dieciocho años y me encontraba en la entrañable ciudad portuaria de Liverpool, famosa por su equipo de fútbol y, sobre todo, por cuatro chicos despeinados que revolucionaron por completo la música popular. Precisamente una de las actividades turísticas más célebres de la ciudad es el Magical Mistery Tour, que consiste en montarte en un autobús como el de la película, que va recorriendo las localizaciones más significativas en la vida de los Beatles: la casa donde se crió John, el Strawberry Fields, Penny Lane… y para terminar la ruta The Cavern Club, el local en el que los cuatro comenzaron su paseo por la historia de la música y del siglo XX. Aunque no experimenté lo que Stendhal en su visita a Florencia, sí recuerdo que me embargó una extraña sensación de inmensidad. Allí, en esa especie de refugio antiaéreo de la Segunda Guerra Mundial, rodeados de las húmedas paredes que yo estaba tocando, hace cuarenta años habían iniciado su proceso de inmortalidad cuatro muchachos que perdurarán en la memoria mientras exista la civilización. Y todo a través de la música.

Si he elegido la música como elemento necesario en mi vida es por el increíble poder energético de las notas, que ordenadas adecuadamente nos hacen saltar, reír, llorar, conmovernos, y enamorarnos. Y ese sentimiento extremo es recurrente, puedes volver a experimentarlo una y otra vez, todo cuanto desees, porque es imperecedero y eterno. Cierto genio cinematográfico, bajito, feúcho, con gafas y esquizoide decía que él quería ser inmortal no a través de su obra, sino no muriendo nunca. Bueno, mientras esperamos a que la ciencia avance, la música mantiene en este mundo una imagen nuestra imborrable, mucho más vívida y fiel que una fotografía.

-José-

domingo, 14 de febrero de 2010

Lo que me hace ser lo que soy lo decido yo.

Decidir... esa fue mi respuesta, aunque mas bien hablaba de ser capaz de decidir. Ser capaz de decidir implica la ausencia de prohibiciones que limiten mis acciones (como ya dije, esa farisea ley anti-tabaco).
Pero tambien implica ser psicologicamente capaz de decidir, ser plenamente consciente de la situacion, de las posibilidades y de las consecuencias de mis actos. Os contare una pequeña historia...

26 de Diciembre de 2009, cuatro amigos estan en un bar de un pequeño pueblo manchego a puerta cerrada. Dos de ellos viven en ese pueblo, los otros dos fueron en coche desde un pueblo cercano. Las horas van pasando, las botellas mueren, los ceniceros, saturados, vomitan cenizas y la version ultra-alcoholizada del password se vuelve cada vez menos lúcida.
A las 08:30 llega el dueño del bar, el padre de uno de los jovenes, y estos ven que ha llegado el momento de ir a casa. Sin pensarlo, caminan una calle, suben los cuatro al coche y...



Por suerte nadie salio gravemente lastimado, no hubo daños irreparables (a excepcion del coche, claro) a pesar de lo aparatoso del accidente, mucha suerte tuvieron, se ve que la huesuda estaba de vacaciones esa mañana. Pero si uno solo de esos jovenes hubiera sido capaz de tomar una decision, ninguno de los cuatro hubiera subido al coche, no seria la primera noche que se quedan a dormir."

Espero que con esto quede claro lo importante que es, a mi parecer, ser plenamente consciente para poder tomar decisiones, no solo decidir y ser tu el guia de tu vida, sino saber ser el guia de tu vida.
PD: si beben no conduzcan, que la huesuda avisa muy pocas veces, y rara vez avisa gratis.

Alkaide.

¡Qué risa!



Lo más fácil y lo más espontáneo, reir. Sonreir y reir de verdad, no con una pose. Sonreir porque sale del alma. Porque algo nos llegó y nos produce gritar carcajadas al aire. Reir incluso disimulando, porque en realidad estoy triste, pero aún así, entiendo que la sonrisa puede curar y ayudarme.Y es que incluso después de un torrente de lágrimas, lo que más deseo es poder esbozar una sonrisa en mi, y en las personas que me rodean ¡Riendo es como más guapos salimos en las fotos!Reir porque sí, con la risa tonta o floja, por tonterías,con mucha inocencia, por cosas muy serias, por mí mismo, y nunca porque me lo manden; por mí, y de mí en todo caso, nunca de los demás. La risa, a veces la mejor palabra, y a veces la mejor respuesta a algo que alguien nos dijo. Risas de todos los tamaños, colores (y sabores)...
Porque nacemos llorando y riendo, y conforme vamos creciendo, lo que más potenciamos es reir; en forma de esperanza, de ganas, de fuerza, de interés por el cambio, de la predisposición a aprender y a conseguir lo que queremos. La risa invade todos nuestros momentos más felices, y por tanto, los que más dulces recordamos.
Sin eso, nada que merezca la pena.

Mi recuerdo, justo antes de venir a Madrid. Todos mis amigos (o la mayoria) en un salón de actos de mi antiguo cole; de todos los ámbitos de mi vida. Una sensación increible. Atravesar una puerta de papel, al más puro estilo Gran Prix, y encontrarlos con globos de colores en las manos gritando "¡Sorpresa!".Estaban allí para despedirme y desearme lo mejor en esa nueva vida que me esperaba, lejos de ellos. De las cosas más emocionantes de mi vida.Y ahí estaban ellos, riendo mucho al ver mi cara. Y yo, no sabía que decir, no tenía ni idea. Sólo me salía sonreirles a todos, sin parar. Y fotos y más fotos. Y sin parar de reir. Toda mi vida condensada en una noche, y sólo me sale reir (con la boca, y con el cuerpo en forma de abrazos), sonreir, y demostrarles lo feliz que me hicieron.

Alba Muñoz

- Autocomplacencia -



Que no confundir con prescindir de la gente que te rodea, nada más lejos de la realidad. Con autocomplacencia me quiero referir al hecho de sentirse a gusto con uno mismo, con sus actos, no subestimarse, actuar de acuerdo a sus ideales, no dejarse influir por lo que la gente pueda pensar(que ese hecho te cohíba),...
Creo que es el primer paso para disfrutar de todo lo que es importante en tu vida, por el contrario, las autocriticas o las continúas infravaloraciones te agarrotan y te impiden seguir caminando. No puedes dar amor a los demás si tú no tienes suficiente para ti, no puedes conseguir tus metas si no crees que puedas llegar a ellas. Todo pasa a un segundo plano, el primer plano queda un poco incierto. Un pozo negro en el que no se te ocurre mirar hacia arriba para ver la luz y darte cuenta de que se puede salir.
Creo que podría a ver sustituido la palabra autocomplacencia por confianza.
La ausencia de esto puede verse provocado por diferentes circunstancias: desamor, falta de identidad,... aunque no suele ser por uno en concreto, sino una serie de ellos de los que desconoces el origen con certeza.
En mi caso decir que darme cuenta de ello no ha sido algo repentino, de la noche a la mañana, los sucesos, unos más notables que otros, han ido ocurriendo con el tiempo sin tener especial consciencia de ello. Sin embargo, no podría decir que ha sido algo determinante porque hay trabajo por hacer. Si tuviera que elegir un momento, creo que me decantaría por la llegada a la universidad, quizás porque al no estar en tu casa te toca depender de ti mismo quieras o no; pero vuelvo a decir que solo son suposiciones. No obstante, no me he dado cuenta cuando habría debido, se podría decir que no escarmenté en su debido momento.
No sé si he conseguido trasmitir correctamente lo que pensaba porque son muchas las cosas que tengo en la cabeza y que quiero abarcar pero me da la impresión de que al intentar exteriorizarlas se mezclan y no acaba siendo muy coherente. Espero que más o menos se entienda.
Para finalizar, creo que “quererse” a uno mismo es importante porque es la única persona que va a estar siempre contigo, todo lo demás resulta algo efímero.

Jana

Sueños



“Y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.”
Pedro Calderón de la Barca Añadir vídeo

Algo elemental para mí son mis sueños, algunos próximos y otros futuros, pero pienso que son necesarios para los seres humanos.
Desde mi punto de vista, luchar para cumplir nuestros sueños hace de la vida algo extraordinario, crea en una persona ilusión, felicidad, libertad, intriga, sabiduría…

He comenzado con un fragmento de “La vida es sueño”, obra que leí y me encantó, todo fue gracias a que nos obligaron a realizar un trabajo para el instituto del que dependía bastante nuestra nota final; por lo que “el rincón del vago” no nos valía lo suficiente y tuvimos que leerla. Me enriqueció bastante y me dí cuenta de determinados aspectos que Calderón plasma claramente en su obra. Observamos como su personaje principal, Segismundo, pierde el autodominio porque es privado de su libertad.

Acabar diciendo que nunca dejéis de soñar y que hay aprovechar al máximo todo lo bueno que tiene la vida.


Irene GM

sábado, 13 de febrero de 2010


Como dije en clase, para mi, algo sin lo que no podría vivir, es la sensación de libertad. Aunque ahora, después de haber escuchado todas vuestras opiniones, la he matizado un poco.
Me explico; en un principio pensaba que me refería a la sensación de elegir, de ser yo quien tomara mis propias decisiones, sin que nada ni nadie me obligara o me prohibiera hacer cosas. Ahora creo que la cosa sin la que no podría vivir es ligeramente distinta. Me refiero a la sensación de poder decidir, de no estar siempre en el mismo punto, de cambiar, evolucionar, de saber que con cada decisión que tome abro un nuevo camino, y que soy totalmente libre para ello.
Explicar esto con una sola experiencia de mi vida me parece complicadísimo, porque todos nos pasamos la vida tomando decisiones, pero creo que quizá, la más representativa, es la decisión que tomé al decidir estudiar Ciencias Ambientales porque es sin duda, donde sentí más intensamente la libertad de la que estoy hablando.
En ese momento cada uno me aconsejaba una cosa, casi todos coincidían en que lo mejor era, con lo que había estudiado hasta entonces, que estudiara una ingeniería. Qué si tenía muchas salidas, que si se ganaba más dinero, que si luego te daban más puntos,…Mis padres incluso, pidieron consejo a amigos suyos que también habían estudiado “cosas de ciencias”.
Al final, la decisión que tomé fue lo que yo misma había decidido en un principio, que no tendría porqué haber salido bien, pero al menos era mi decisión.
Alba González

Mi cerebro, mis ideas, mis viajes...


Obviamente sin un cerebro el ser humano no puede ser. No se puede controlar sus movimientos, no sabemos como alimentarnos, no se puede recordar lo básico que tenemos que hacer para sobrevivir… sin ese órgano un montón de cosas imprescindibles a nuestra supervivencia no podrían estar realizadas.
Pero más allá de esas necesidades vitales, ¡lo que me permite mi cerebro es pensar! Y lo que hay de increíble con eso es que puedo hacer absolutamente todo lo que quiero con ese pensamiento. Puedo reflexionar, puedo analizar y descifrar los comportamientos de los demás (bastante útil), puedo inventarme momentos de vida mágicos como dramáticos, puedo hablar con las personas que están lejos de mi o que ya se fueron de este mundo… Y aún más allá, ¡puedo cumplir todos mis sueños gracias a mi cerebro! Ganar Roland Garros, hacer un discurso al ONU, revolucionar la política de mi país…
Si tengo que pensar en un recuerdo específico que simboliza estos momentos de evasión serían las horas de mi infancia pasadas en el coche de mi padre viajando. Bien sentada en el fondo del asiento trasero, me evadía mirando el cielo y los arboles por la ventana. Gracias a estas horas, pude ganar cincuenta veces partidos de tenis encarnizados ante un público transcendente, pude devolver esperanza a ciudadanos franceses desanimados por la situación socio-política de su país a través de una alocución entusiasta, lo mismo que asistí quince veces al entierro de mi madre.
Con ese órgano fantástico, puedes elegir lo que vas a vivir durante los próximos minutos y eso, ¡es algo que vale su peso en oro!
Julia

Estar sano...


... eso es para mí lo más importante, puesto que la enfermedad hace que las personas no sean felices, engorda esa burbuja que todos tenemos. Todo empezó hace ya bastantes años... caí enferma con algo que no llegaron ha descubrir lo que fue...eran unos síntomas que nadie antes había tenido y todas las pruebas que me hacían salían estupendamente como si no tuviese nada... pero el dolor inundaba todo mi cuerpo y además perdi toda movilidad... unos meses pasaron así, y durante todo ese tiempo no hubo nada que me hiciese estar feliz, ya nada importaba, en todos esos días no hubo ninguno en el cual una sonrisa apareciese en mi cara, lo único que deseaba era ponerme mejor, recuperar mi vida, puesto que estar postrada todas las horas del día, un día y otro, en una cama no era la vida que había deseado.

Yo creo que en todos los años que han pasado no he sido tan infeliz como aquella vez y es que te das cuenta que si no tienes salud todo lo demás no importa.

Como todos habeís comprobado me recupere por arte de magia... aunque me costó porque tuve que empezar desde cero a reconstruir mi vida... nunca olvidaré aquel día en el que por fin pude ponerme de pie, y en mi cara apareció una sonrisa.

Ana Alicia

Amar...

¡Qué difícil vivir sin amor!... Muchas veces priorizamos la salud y el trabajo; pero si no tuviésemos una razón por la que vivir, alguien a quien amar y alguien quien te ame; no tendría sentido. Cuando amamos somos felices. No tenemos que hacer lo que queremos sino querer lo que hacemos.

Siempre nos preocupamos en amar a aquellas personas más cercanas a nosotros y es normal pues "el roce hace el cariño", pero es más difícil querer a aquellos a quienes no conocemos, a quienes nos han hecho daño alguna vez, a nosotros mismos.

Amar a los demás y a nosotros mismos es tener fe. Esto me enseñaron desde pequeño. Por circunstancias personales, aprendí a amar a quienes no había visto nunca y a quienes apenas había conocido. Estamos hablando de un sentimiento sin límites, sin fronteras que se extiende más allá de un horizonte, más allá de los sentidos humanos.

Aunque es lo que he ido aprendiendo, es difícil establecer un momento exacto en el que haya empezado a plantearme esto, quizá durante mi fase de madurez (todavía estoy en ella). Pero sí podría poner una situación en la que esto ha sido decisivo:

En septiembre comenzó una nueva etapa de mi vida, lejos de mi infancia, de mi familia, de mis amigos, del mar, de todo con lo que había crecido y convivido durante casi dieciocho años de mi vida. Aunque así lo decidí yo, fue duro. Afortunadamente con mi compañera de piso vino una parte de la vida que había dejado atrás pues hemos estudiado, crecido y madurado juntos durante toda nuestra etapa escolar. Aún así, faltaba la presencia de otras tantas personas, sobre todo aquellas con las que había pasado la mayor parte de mi tiempo. En ese momento me hizo fuerte el recuerdo de ellos, los momentos que había vivido, los que no... sobre todo el amor que me vinculaba a esos recuerdos. Fue entonces cuando aparecieron en mi vida nuevas personas que se convirtieron en un gran motivo para continuar aquí, fue esa sensación por querer y sentirnos queridos la que nos unió y todavía nos une. A este nuevo sentimiento por las personas que acababa de conocer y al amor de las personas que están lejos le debo mi permanencía aquí.

En la imagen, el mar es símbolo de lo que nos separa de otros seres humanos pero que a la vez nos une. El mar había estado en mi vida durante todos estos años y nunca lo había apreciado tanto como ahora. Está claro que todo es acostumbrarse, y yo lo estoy haciendo, cada día es menos difícil. En Navidad, cuando fui a casa, me metí en el agua de la playa y fue como llenarme de fuerza y vitalidad. Allí el tiempo se para, puedo mirar esa línea que separa el cielo del mar y simplemente pensar que tras ella hay muchas cosas por hacer, por conocer; muchas personas más a las que querer... mucha vida, mucho AMOR.

Joel

Lo más importante


Mi día a día lo componen miles de cosas que necesito para vivir, para que mi vida sea tal y como quiero que sea: estar con mi familia, con mis amigos, leer y escribir, escuchar música, viajar, el cine, sentirme libre y miles de cosas más. Sin embargo, con el tiempo me he dado cuenta de que lo dejaría todo, todo lo que me encanta hacer y lo que me hace feliz por dos personas: Mónica y Raquel, mis hermanas.

Moni tiene veinte años y se puede decir que es mi mejor amiga. Hacemos muchas cosas juntas y me encanta estar con ella. Es una de las mejores personas que conozco y admiro mucho cómo es, su fuerza, sus ideas claras, su bondad. Raquel tiene ocho años y es la niña más inteligente del mundo: con dos años conocía y diferenciaba los cuadros de Velázquez, Murillo, Munch, Warhol… Me encanta estar con ella porque todo lo que hace y dice es simplemente asombroso.

Siempre he sabido que eran muy importantes para mí, pero cuando realmente me di cuenta fue a finales de 2008, porque ocurrieron dos hechos muy importantes en mi vida. En primer lugar, me ingresaron en el hospital porque tenían que hacerme unas pruebas: como primera opción, pensaban que tenía desmielización, una carencia que conduce a enfermedades neuronales como la esclerosis múltiple. Fue horrible, no paraba de llorar y de replantearme mi vida, pero sólo pensaba en que afortunadamente era yo quien estaba en esa situación y no Moni o Raquel. Al final, todas las pruebas fueron favorables y estaba sanísima. Sentí la sensación de quitarme un peso de encima más que nunca en mi vida. En segundo lugar, menos de dos meses después murió mi prima Laura con 28 años. Llevaba toda la vida enferma y todos sabíamos que iba a morir joven, pero el dolor que sentí se tornó insoportable y sólo pensaba que si alguna vez les pasara algo así a mis hermanas, me moriría directamente. Los meses siguientes lo pasé fatal cuando no estaban conmigo y no podía protegerlas, pensando que podría pasarles cualquier cosa, pero poco a poco se aprende a vivir con ello. La vida es así.

Mis hermanas lo son todos para mí y lo que en realidad me hace feliz es que poder disfrutar de mis cosas con ellas y verlas sonreír. No podría vivir sin ellas.

Amor incondicional



"recuerdo .... siento ... unos dias antes de morir mi abuela le puse las manos en el pecho, como arropando su corazon, senti una calma enorme, una union inmensa con el universo, un todo esta bien, senti el amor mas inmenso que habia sentido jamas, senti el amor que somos, el amor incondicional... senti como mi corazon la amaba tanto como para decirla, te echare de menos, pero puedes irte ya, se libre y vuela, el amor verdadero deja libertad, esta fuera de apegos y condiciones mas alla de la libertad, del cariño, de la necesidad, del ego , mas alla esta nuestra esencia , el amor mas puro. la luz que somos gracias por hacermelo ver, gracias por ser parte ahora de esa esencia ,ese foco de luz intenso que esta en mi corazon y me ilumina cada dia......" la imagen es esta... nuestra esencia, el amor incondicional, la luz que somos y tanto nos cuesta ver...


Carmen

jueves, 11 de febrero de 2010

Necesidad de ser necesitado


Lo más obvio es que suene confuso... pero realmente creo que no pintaría nada si nadie me necesitase. Me gusta hacer sonreir a la gente, que se acepte, que crea en ella misma y me da igual si me lo agradecen o no (si lo hacen mejor) pero es tanta la satisfacción el saber que una persona está sonriendo aunque sólo sea un segundo por tu culpa es lo más hermoso que te pueda pasar. O al contrario, ser uno el elegido por alguien para deshagorse te hace sentir de algún modo "especial". ¿Tan importante soy para alguien que es capaz de romper a llorar delante de mí?.
El año pasado a pesar de esr el pequeño de la casa intenté hacer algo para sobrellevar la enfermedad de mi padre. Muchas veces faltaba a clase para ir a por las medicinas y tal pero creo que lo que hacía sentir mejor a mis padres es que no me retirase de su lado. Una tarde de silencio se rompía cuando yo obligaba a mi madre a sentarse en el brasero y a decir cuatro tonterías para que mi padre se riera. Incluso estudiaba a su lado aunque tuviera la tele puesta. Quería estar en todo momento.
También es verdad que yo fui de mis hermanos quien se tomó la enfermedad de manera mens positiva, sabía que mi padre no iba a durar mucho y mi madre estaba tranquila de que lo aceptase del primer momento. La muerte en agosto de mi padre fue más difícil para mis hermanos que vivían en una continua esperanza.
Y creo que l oque últimamente me ha hecho más necesario en este mundo ha sido el hecho de que mi madre llorase delante mía y me aprovechase para llorar. Yo la abracé fuerte y por primra vez sentí que estaba recompensando una mínima parte de todo lo que mi madre me ha dado.
Pero normalmente intento hacer reir no os quedeis con lo tremendista! Y como aqui en Getefe no tengo fotos muy profundas (todas son de fiestas y tal) os pongo una bonita que encontré y que si la SGAE pilla me toca pagar, pásenlo bien!!

José Miguel

miércoles, 10 de febrero de 2010

Emprender

Emprender

1 Dar inicio a una importante obra, empresa o algo que se considera difícil, complicado o importante



Emprender es para mí una necesidad. Emprender en el sentido de no estancarse, de querer aprender, crear y evolucionar.

Como imagen, el "Oso y el Madroño" situado en Sol, cerca del kilómetro 0. Para emprender siempre hace falta la acción, no basta sólo con desear.

Por eso siempre hay un inicio y para mí, lo significa, este lugar: el Km0.


Miguel

El ser humano


Estos últimos meses gracias a una beca de mi universidad pude ir a estudiar al extranjero.
Mientras esperaba el comienzo de mis aulas decidí realizar una mini aventura de cuatro días, asique con mis agallas (metafóricamente hablando) me planifiqué mi viaje a un pueblo colonial llamado Ouro Preto.
Después del larguísimo trayecto de autobús llegué a mi hostal, donde me dieron mi habitación compartida como así había solicitado. Cuando entre me vi rodeada por seis camas todas desalojadas. Tan solo estaba yo en esa habitación... Como echaba de menos ver a alguien durmiendo en una de ellas, una sola persona, dando más calidez a ese cuarto.
Durante los días que allí estuve paseando me di cuenta de que de nada me servía ver iglesias, ver museos, ver paisajes, sin nadie con quien poder sentarme para disfrutar de ellos, sin nadie a quien decir: "que hermoso".
Mi consuelo llegó por la noche donde en busca de algo de entretenimiento, me adentré en un local donde se organizaba un concierto de guitarra clásica. Allí conocí a gente encantadora, que si bien no nos unía ningún pasado común, el mero hecho de estar allí todos juntos era suficiente. A partir de esa noche, mis paseos en solitario se alegraban con la llegada del encuentro nocturno que me brindaron estas personas, las cuales ya ni me acuerdo de sus nombres, pero en mi memoria queda el recuerdo y esta maravillosa foto.
Creo que el ser humano necesita estar con otros seres humanos para poder ser él, para poder desarrollarse, para poder ser feliz.
Irene C.

La cosa más bella


La música siempre ha estado presente en mi vida de una u otra forma. Ya de pequeño me gustaba tararear la que ponían mis padres en el viejo tocadiscos. En la adolencencia, y ya con mi super casette doble pletina "último modelo", raro era el momento en el que estaba apagado, ya sea con la radio o esas viejas cintas que aún conservo, aunque no utilice.

Luego llegaron el CD, después la guitarra, el mp3... Cambio de formato, pero la música seguía allí, siempre allí. En casa, en el coche, en el curro (cuando me dejaban). Formaba parte de mí. Canciones tristes para los malos momentos. Canciones alegres para los buenos. Llegan a formar parte de mi vida. Ahora escucho cada una de esas canciones y no puedo evitar volver a esos momentos con alegría o un poco de melancolía. No podría vivir sin la música, ya sea escuchándola o tocándola. Escapar del mundo por unos minutos, dejarme llevar por los sonidos, las melodías, los acordes...

Y buena prueba de ello fue este verano (ya voy con los deberes, María, ya...). El pasado mes de agosto fue para mí uno de los momentos más duros que recuerdo. Y todo por un desamor, no podía ser de otra forma. No voy a entrar en detalles, pero pasé por una de esas épocas en que estás siempre dándoles vueltas a la cabeza, triste, derrotado, apenas dormía, nada me satisfacía, todo me recordaba a ella.

Al ser agosto no podía desahogarme como el resto del año con el baloncesto, las clases o el teatro, o la simple rutina. Sólo me quedaba el ensayo de mi antiguo grupo de música. Un par de horas en las que intentábamos versionar canciones con más o menos acierto. Pues bien, fueron las dos únicas horas en toda esa fatídica semana en las que me olvidé de ella y fui yo mismo. Me dejé envolver por la música (o ruido, según algunos) que estábamos haciendo. Lo di todo. Y por esas dos horas no había nada más en mi cabeza. Sinceramente, no sé qué hubiera hecho si no hubiera tenido ese momento.

Quizá suene muy dramático o exagerado, pero es lo que sentí en esos instantes. Y pienso seguir vinculado a la música de una forma u otra porque, como ya he dicho, forma parte de mí.

Un abrazo a todos, y ya os podéis despertar después de este rollo.

Raúl

lunes, 8 de febrero de 2010

Empezamos...

esencia.

(Del lat. essentĭa, y este calco del gr. οὐσία).
1. f. Aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas.
2. f. Lo más importante y característico de una cosa.