domingo, 21 de febrero de 2010

Tú.

Me dijiste que podíamos ser amigos....

Es una historia de amor y de odio,
de las que cuentan los abuelos,
sentados sobre una silla mecedora,
al son de un viento sutil.

Te acercaste con timidez y yo te rechazé,
volviste a intentarlo y te di un puntapié,
mi suela se perpetuaba sobre tu cuerpo,
metal maleable, de color rojo fuego.

Vi tu mirada y me escandiló,
resultó estar llena de emociones amarillas,
cedí mis ligas a tus abrazos,
y ya no quise separarme de tí.

Un baile se perpetuó,
de esos que te sacan una sonrisa,
pronto terminó,
pero siempre quedará alrededor,la brisa...


Sonia María Cruz Martínez.

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