miércoles, 17 de febrero de 2010

Hola soy una llave

Me tumbo siendo Miguel y me levanto siendo una llave, o eso creo.

Abro los ojos y la veo.

Nos tocamos y nos asustamos. Soy de metal, tengo que ser fría, tengo que decidir si algo está abierto o cerrado, es una dificil decisión para tomar a la ligera.

Me acerco y me abraza, es una botella que quiere protegerme aunque no sé de qué, ni de quién. Me siento cómo un liquido que se relaja dentro, pasan los segundos y me siento más cómodo arropado.

Llega el final:

Esta historia no puede acabar bien. De repente lo veo, hay un agujero en el culo de la botella, he de huir. Me voy lentamente, hasta que nuestros cuerpos se separan.

Me levanto. Que raro ha sido todo. Vuelvo a ser Miguel. Menos mal.

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