sábado, 13 de febrero de 2010

Lo más importante


Mi día a día lo componen miles de cosas que necesito para vivir, para que mi vida sea tal y como quiero que sea: estar con mi familia, con mis amigos, leer y escribir, escuchar música, viajar, el cine, sentirme libre y miles de cosas más. Sin embargo, con el tiempo me he dado cuenta de que lo dejaría todo, todo lo que me encanta hacer y lo que me hace feliz por dos personas: Mónica y Raquel, mis hermanas.

Moni tiene veinte años y se puede decir que es mi mejor amiga. Hacemos muchas cosas juntas y me encanta estar con ella. Es una de las mejores personas que conozco y admiro mucho cómo es, su fuerza, sus ideas claras, su bondad. Raquel tiene ocho años y es la niña más inteligente del mundo: con dos años conocía y diferenciaba los cuadros de Velázquez, Murillo, Munch, Warhol… Me encanta estar con ella porque todo lo que hace y dice es simplemente asombroso.

Siempre he sabido que eran muy importantes para mí, pero cuando realmente me di cuenta fue a finales de 2008, porque ocurrieron dos hechos muy importantes en mi vida. En primer lugar, me ingresaron en el hospital porque tenían que hacerme unas pruebas: como primera opción, pensaban que tenía desmielización, una carencia que conduce a enfermedades neuronales como la esclerosis múltiple. Fue horrible, no paraba de llorar y de replantearme mi vida, pero sólo pensaba en que afortunadamente era yo quien estaba en esa situación y no Moni o Raquel. Al final, todas las pruebas fueron favorables y estaba sanísima. Sentí la sensación de quitarme un peso de encima más que nunca en mi vida. En segundo lugar, menos de dos meses después murió mi prima Laura con 28 años. Llevaba toda la vida enferma y todos sabíamos que iba a morir joven, pero el dolor que sentí se tornó insoportable y sólo pensaba que si alguna vez les pasara algo así a mis hermanas, me moriría directamente. Los meses siguientes lo pasé fatal cuando no estaban conmigo y no podía protegerlas, pensando que podría pasarles cualquier cosa, pero poco a poco se aprende a vivir con ello. La vida es así.

Mis hermanas lo son todos para mí y lo que en realidad me hace feliz es que poder disfrutar de mis cosas con ellas y verlas sonreír. No podría vivir sin ellas.

2 comentarios:

  1. ¡Qué suerte tienen tus hermanas de tenerte a ti!

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  2. Y qué suerte tengo yo de tener una profesora como tú. Nunca pensé que me sentarían tan bien los lunes. Muchas gracias.

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